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Foto del escritorDaniel Giraldo

CORRUPCIÓN Y ESTADO

El tema por estos días es sobre si votará o no sobre la consulta Anticorrupción el próximo 26 de agosto de 2018. Más allá de que si es viable, el gasto, modificaciones a la constitución o populismo, se debe analizar la corrupción desde otra perspectiva.

La corrupción humana


El concepto viene del latín “corruptio” y consiste en “dañar” y transgredir los principios normativos de la conducta transparente. Por eso, el hombre corrupto viola la ley, las convenciones sociales, las tradiciones y los sentimientos más nobles de una sociedad. El humano corrupto estafa, roba, engaña, falsifica, siempre en beneficio propio sin importar lo que le suceda a la sociedad.


Entonces, podemos definir que corrupción es transgresión y se facilita “violar” los principios normativos en una sociedad que se constituye a partir de leyes.

Si pensamos en cualquier organización de la que participamos, todas, a su manera, funcionan a partir de una limitación, señalando quiénes pueden qué cosa y quiénes no.


Dicho esto, trasladamos el concepto de corrupción a otra perspectiva:


La corrupción política

Podríamos definirla como el conjunto de actividades que realiza el individuo, usando los privilegios obtenidos por cargos públicos y que, en lugar de utilizarlos en beneficio “social” se usa a nivel personal.


En Colombia, casos como el carrusel de la contratación, Saludcoop, Odebrecht, como los más sonados escándalos de corrupción, son el repudio de todos los colombianos, pero, el uso ilegítimo de información privilegiada, el tráfico de influencia, el patrocinio, sobornos, extorsiones, fraudes, confabulación, malversación, considerados como casos menores, son los que realmente más daño hacen, porque sucede con el día a día, con el impuesto que todos, absolutamente todos pagamos (IVA) y que de cierta manera todos vemos, callamos, hablamos pero aceptamos porque es por un supuesto bien común.

El estado entonces se convierte en el escenario perfecto para la corrupción, datos históricos demuestran que buena parte de los grandes y reconocidos estadistas del mundo antiguo hicieron gigantescas fortunas gracias a la corrupción, nada diferente a lo que vivimos hoy en día y que afirma que la corrupción y el estado van de la mano.


Sin duda, la consulta anticorrupción es una medida que trata de minimizar en algo el grado de corrupción, pero no es algo que lo acabe de raíz. Para ello se necesita la reducción del estado, menos cargos públicos, menos gasto público y más libre mercado en pro de una sociedad más libre y ¿por qué no? Libertades individuales.


La realidad es simple: donde hay ocasión de corromper, surge la corrupción y donde no hay ocasión de corromper, no hay corrupción y el estado es el lugar ideal para que exista, reducir el estado es reducir la corrupción.

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