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Foto del escritorAlex Ocampo

EL MITO DE QUE BAJAR LOS IMPUESTOS A LAS EMPRESAS BENEFICIA A LOS RICOS Y PERJUDICA A LOS POBRES.

Uno de las creencias más comunes es que los empresarios son un grupo reducido personas ricas, disfrutando en sus clubs privados, jugando al tenis, en sus mansiones tomando whisky mientras se fuman un habano a la vez que se ingenian nuevas maneras de explotar a sus trabajadores. Nada más lejos de la realidad. Esa caricaturización por los enemigos del capitalismo del empresario a quienes realmente hace daño no es a los ricos.

Para derrumbar el mito de que bajar impuestos a las empresas solamente beneficia a los ricos, hay que saber que no todas las empresas generan grandes ganancias, por el contrario muchas no están generando alguna ganancia y otras inclusive tienen perdidas.


Pongámonos en los zapatos de las empresas cuyos beneficios son cero, es decir: lo que ingresan es lo mismo que sus costos: por lo tanto no están reportando ningún beneficio a su dueño o accionistas. En este caso el destino de esta empresa sería su cierre de prolongarse la situación, nadie invierte su capital, ni se pone a endeudarse para crear una empresa que no le genere beneficios: por lo tanto, el cierre sería inevitable dejando a sus empleados en la calle. Si a esta empresa le redujeran los impuestos, podrían pasar de no tener beneficios a tenerlos, esto permitiría mantener a flote la empresa y permitir que los empleados conserven sus puestos de trabajo. Por el contrario si se les subiera los impuestos tendrían perdidas y su quiebra estaría asegurada, dejando sin capital a su dueño o inversionistas y a los trabajadores sin empleo.

Ahora miremos el caso de las empresas que están generando pérdidas, una subida de impuestos agravaría aún más su situación, llevándolas a su quiebra en menor tiempo. Por el contrario si se le bajara los impuestos posiblemente pasaría de tener pérdidas a no tenerlas o en el escenario más favorable a tener ganancias. Con la reducción de impuestos se estarían salvando puestos de trabajo y el dinero invertido por su dueño o accionistas.


Ahora tenemos el escenario que más descontento genera; es el de la baja de impuestos a las empresas que sí están generando ganancias, ya que, debido a que generan beneficios, al bajarle los impuestos van a ganar más dinero para ellos y los empleados no se verán beneficiados de esta situación al no contratar más trabajadores, ni subiría el sueldo de los ya existentes. En conclusión el empresario se hace más rico y el empleado igual o más pobre. Pero este es un análisis simplista que no se acomoda a la realidad. Así que vamos por partes:


Lo primero es que las personas tienen la creencia de que si una empresa da dividendos hoy, lo seguirá dando de por vida, eso no es así, hoy puede tener grandes ganancias y mañana perdidas, no hay garantías de que una empresa siempre le vaya bien, puede haber una mala temporada económica que reduzca el consumo de los bienes o servicios que produzcan, puede aparecer una empresa competidora que se quede con una buena cuota de su mercado, pueden aparecer productos de mejor calidad / precio que les haga perder clientes, equivocaciones empresariales. Ejemplos de lo anterior lo tenemos en las grandes empresas kodak(empresa con más de 131 años) o Blockbuster, ejemplos de gigantes que han quebrado hay muchos. Si los gigantes quiebran, cualquier otra empresa puede llegar a esa situación.

Por lo tanto las empresas que generan beneficios no tienen asegurado el futuro, una reducción de impuestos que les permita ampliar aún más estas ganancias le permitirá capitalizarse más, lo cual trae como beneficio una empresa más sólida que le permitirá resistir crisis más fácilmente sin quebrar, evitando dejar desempleados a sus trabajadores. Además, permitiría a las empresas ahorrar más dinero para hacer frente a las vacas flacas cuando lleguen, evitando así ir a la banca rota. También pueden aprovechar en usar esas ganancias extras para expandirse y así generar más puestos de trabajo, invertir en mejores equipos o capacitar a sus empleados: lo cual conlleva a una mayor productividad (recordemos que el aumento en la productividad va ligado al aumento de los salarios) generando bienes o servicios de mejor calidad y/o menor precio.


Finalmente, podría optar por bajar el precio de sus productos o servicios beneficiando así a los consumidores a la vez que mejora su posición en el mercado. Lo importante es que las empresas puedan seguir adelante manteniendo los empleos y las inversiones de los emprendedores y empresarios.


Otro punto que hay que tener en cuenta en el tema de bajar impuestos a las empresas, es el emprendimiento, porque esos proyectos empresariales que apenas están empezando, una menor carga fiscal les puede permitir invertir ese dinero que se ahorran en pagar impuestos en bienes de capital o contratación de nuevo personal que les permita sacar el proyecto adelante.




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